Visitar un restaurante puede llegar a ser una experiencia inolvidablemente positiva o negativa.
Tan solo España tiene unos 222.000 bares y restaurantes y no en todos tratan al cliente como es debido. Los fallos en el servicio están a la orden del día
En cualquier restaurante se pueden cometer errores, pero hay prácticas que resultan especialmente molestas, dado que se han generalizado y parece que el comensal tiene que aceptarlas como algo normal, cuando no deberían serlo. El recuerdo queda guardado en la mente y es muy difícil cambiarlo, por esta razón decidí escribir lo qué realmente molesta e irrita al comensal, que en muchas ocasiones el propietario o el cocinero ni se han enterado de ello. Tomad nota porque estas opiniones son constructivas, no destructivas y pueden ayudar a tener otra visión empresarial. “se dice el pecado, pero no el pecador”.
He pedido colaboración para ampliar opiniones al respecto de tres grandes expertas en el tema que han recorrido manteles en varios países del mundo. Agradezco a Yanet Acosta, Raquel Contador y Laura López Altares.
- 1- Sin duda el primer pecado, es el mal servicio
Las malas caras, los resoplidos, la indiferencia, las malas contestaciones o la prepotencia de algunas personas dan pie a no volver a visitar el local, Recuerdo una de las peores experiencias que tras informar al camarero que el sushi estaba dulce fue a probar de “mi plato “ el cual estaba intacto y comprobar frente a mi si era o no cierto, un auténtico desafío al cliente, no me extraña que a los pocos meses hayan cerrado sus puertas!
- 2- Los precios acordes al sitio y al producto y sin engaños
Si voy a una tasca pago precio de tasca, si ceno de pie, o si voy a un establecimiento de autoservicio o un estrella Michelín donde van a mimarme a mi y al entorno, los precios irán en sintonía y sin engaños, me conozcan o no, vaya o no recomendada, o sea o no turista. Por ejemplo, cobrar por un cava el precio de champagne, sin previo aviso, traer un vino más caro sin consultar… es vergonzoso!
- 3- Cobrar servicios de pan y/o aperitivo de la casa y el agua
Si pides pan cóbralo, o más bien pregúntalo, ya que el comensal puede ser celiaco o simplemente no desea pan, si van a ofrecer el aperitivo de la casa, se supone que es una cortesía, no deberían pasar en el ticket el precio de los aceites o aceitunas, que ojo en alguna ocasión ha llegado a ascender a 10 euros por persona. El vaso con agua que pides tras el café, señores no quiero una botella de 2 litros, simplemente un vaso con agua. No se trata de regalar, para eso existen los escandallos.
- 4-Los meteprisas o los parsimonias
A veces tardan en traer la carta horas, la bebida y los tiempos muy espaciados entre plato y plato, que hasta el hambre se te quita; en otras ocasiones quieren rotación de mesas y no puedes terminar ni el café, el medir los tiempos es muy importante. Traer todos los platos a la vez es una práctica horrible, ya que se enfría y satura el espacio de las mesas. Otro tema, si reservaste mesa, no hagas esperar
- 5-No ofrecer medias raciones o cambiar los menús degustación
Este es un tema que actualmente me hiere, está claro que hay platos que no lo permiten, pero la gran mayoría sí. Es una forma de probar diversas creaciones crear tu propio menú o simplemente que el comensal no quiere atiborrarse. Medias raciones no significa poner tres hojas de lechuga y cobrarlo como ración entera! Si pido menú y soy intolerante por favor cambiarlo, hay que ser flexibles y humanos
- 6-Falta de higiene
Es algo que parece evidente, pero en ocasiones sorprende que las copas o platos estén sucios o traigan un regalo de cocina, o que los cuartos de baño no están en condiciones o el camarero que atiende en sala está empapado en sudor o lleve las uñas negras ! la imagen hay que cuidarla.
- 7- Poca intimidad
Las mesas demasiado juntas, los camareros imprudentes que escuchan conversaciones o preguntan sobre tu vida personal, si vas o no acompañado hacen de la estancia una pesadilla.
La música a toda pastilla, los camareros sabiondos, los malos emplatados, las copias de platos de cocina vanguardista, el tiempo de espera, la falta de conocimiento de platos y vinos, llevar la bebida caliente, no advertir que el iva no está incluido, son otros de los errores que no se deben cometer.
Está claro que todos cometemos errores, pero siempre pueden subsanarse con buena cara, ya sabéis » Recuperar a un cliente cuesta siete veces más que ganar a uno nuevo».
Hola Aida, hola Mis Maridajes 🙂
Esta reflexión me parece muy idónea, acertada y constructiva, además de ser dinámica y directa. Has resumido muy bien la lista de los siete pecados que todos sufrimos, en ocasiones, en nuestros tours a través de la «Buena Mesa». Tanto que podría ser como las instrucciones resumidas para el equipo de cualquier servicio de restauración, un recordatorio en pro de la calidad antes de comenzar la jornada.
Enhorabuena por el nuevo look y por este artículo que lo inicia.
Por cierto, muchas gracias por la mención y por contar con mi punto de vista.
Un abrazo,
Raquel
Gracias a ti Raquel, Sinestesia Gastronómica ! Un placer colaborar contigo.
Excelente ,simplemente te excelente
Gracias Carmen! saludos